Cuando empezé en la música, apenas tenía 6 años. Los domingos iba a ver la asturianada con los abuelos, al salón de la Caja de Ahorros de Sama. Luego estaban las clases en el colegio José Bernardo, y después en La Salle de La Felguera… Y ahi me detectó el tutor algo predispuesto para la música. Pues nada. A probar se ha dicho. Recuerdo a los paisanos que, recién salidos de la fábrica, iban a ensayar con el mono de trabajo todavía puesto. Y tocábamos de todo: números de zarzuela, música clásica, música asturiana… En aquella rondalla de laúdes, bandurrias, mandolinas y guitarras aprendí a tocar en grupo mucho más de lo que imaginarían mis futuros profesores del Conservatorio.
Gente como el director Marino Díaz, José Manuel Sienra o Rodolfo Dintén (miembro de Los Juvachos) siguen estando en mi memoria, por los buenos momentos que pasé con ellos mientras crecía como músico y como persona, visitando mis primeros escenarios de toda Asturias.
Hoy echo de menos, sobre todo, un modo de vida que permita volver a aquella tranquilidad, a ese aprender en cada ensayo lo que tú tenías que tocar, pero también lo que tocaba el de enfrente, el de la derecha, el de la izquierda o los de detrás de ti.
Yo nací musicalmente en una rondalla. Todos los músicos nacemos artísticamente en algún sitio. Y nunca debemos olvidarlo, porque de bien nacidos es ser agradecidos.
Abrazos, Julián!!
Lo primero, enhorabuena por la web. En segundo lugar nada más quiero dejarte testimonio de algo que ya sabes, que no es más que darte mi agradecimiento por los buenos (que no muchos) ratos que compartimos y en los que me di cuenta de lo buen músico que eres y lo legal y afable en cuanto a tu persona. Mucho ánimo y a seguir luchando por este sueño que compartimos por la música. Por cierto, ya que comentas lo de tus inicios en la rondalla creo que compartimos un nexo de unión común respecto a cierto guitarrista de Sotrondio, ¿no? Yo también recuerdo mis primeros años con mucho cariño por la gente buena que me ayudó.
Saludos