Hablar de Argentina es hablar de un país enorme. Sólo la provincia de Buenos Aires es más grande que España. Llano como Castilla. Verde como Asturies. Y la gente es muy acogedora. Vaya si lo es.
Durante la semana que duró la gira por Argentina (6-13 de abril) recorrí casi 1000 kilómetros, y visité 5 centros asturianos: en Rosario, Paraná y Santa Fé, mientras que en la capital toqué en la Residencia Tinetense, y en los centros de Siero y Noreña, y Degaña.
Después de saber que volveré en un futuro no muy lejano, ya echo de menos las cervecitas en San Telmo viendo bailar tangos, los paseos por las Avenidas de Mayo, Las Flores y Ribadavia (más de 60 kilómetros de avenida!).
Un país donde Asturies sigue muy viva, y muy presente en la sociedad de todas las edades. Chavales bailando a lo suelto, mulatos tocando la gaita… Personas mayores en pie, con la mano en el corazón, cantando el himno asturiano…
La universalidad de la cultura asturiana hace posible visitar un país lejano (12 horas de avión!) y estar tan a gusto como en casa. Eso sí, con una carne a la brasa mucho mejor que cualquier otra conocida…
Volveré, pibes. Prometido.